Tu anatomía 

Me avisaste de que tenías miedo y aún así te quedaste.

Apartaste el hielo para hacer hoguera y evitar la esquela que pusiera: «aquí murió el amor por no haberlo intentado».

Cada día sonrío más, el motivo tú, la razón te la llevaste en el primer beso.

Tu saliva, la cura de todas mis enfermedades.

Tus ojos, el centro psiquiátrico donde mantienes atado mi corazón al borde de la locura.

Tu manos, la brújula que me ha hecho perder mi norte, mi sur, este y oeste.

Tu sonrisa, la octava maravilla del mundo.

Tu cuerpo, el único precipicio donde me quedaría disfrutando de las vistas.

Podría seguir con toda tu anatomía pero ya sabes que peco de ansiedad con el hambre y me están entrando ganas de comer(te).

Pd: gracias por estar, por ser y por hacerme sentir.

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